Cómo tratar las quemaduras solares
Si en estos momentos lanzara la pregunta de como prepararse para un maratón la inmensa mayoría sabría contestarla. Ahora bien, si hablamos de como preparar la piel para no quemarse, seguro que ni se lo ha planteado. E incluso la duda surgiría respecto a la propia pregunta, es decir, ¿hay que preparar la piel, pues no lo sabía?
La verdad es que últimamente los cambios de armarios no son los habituales pues pasamos del invierno al pleno verano de un día para otro.
Tenemos unas ansias locas por ponernos ese vestido blanco que evoca a playa, descanso y relax, o esos tops de mil colores en los que mostramos nuestros escotes y hombros con piel de color beige claro después de estar tapados durante más de ocho meses. Y que decir también de los eventos como bodas, bautizos y comuniones.
Pues bien, dicen que la información es poder, y por poder que no sea porque las recomendaciones que hay que seguir para disfrutar del sol con seguridad, son infinitas y repetitivas. Horarios prohibidos, uso de fotoprotector adaptado para cada piel y cada zona del cuerpo, complementos de ropa para cubrir…
Todo perfecto, pero se olvida cuando nos vienen las prisas y nos ponemos frente al espejo y vemos que nuestra piel no está bronceada.
Al igual, que un corredor de maratones no se plantearía nunca participar en una carrera sin una buena preparación física y dietética y con un buen equipo de deporte, si lo trasladamos a nuestra piel, deberíamos hacernos la misma reflexión para no acabar con nuestra piel quemada, pelada, enrojecida e incluso con dolor.
Todos sabemos que la melanina es la responsable del color de nuestra piel, y según nuestro tipo, aumenta la pigmentación en contacto con el sol. Esta es la razón por la que nos ponemos morenos. Ahora bien, no es por una razón estética que esta sustancia existe en nuestra piel. Es un mecanismo de defensa para prevenir que la piel se queme con el mínimo rayo de sol ya que absorbe la radiación UV, la convierte en calor y evita daños en los vasos sanguíneos y cambio en el ADN de las células. De hecho previene del cáncer de piel o melanoma.
Si sumamos además que concretamente las radiaciones UVB disminuyen nuestro sistema de defensa, la piel está mucho más indefensa frente a infecciones como por ejemplo el virus del herpes, y sé que muchos no habías caído en la cuenta que en verano, siempre os aparecen lesiones herpéticas en los labios después de exposiciones prolongadas o en horas de mayor incidencia solar. Y sin profundizar en el listado de medicamentos en cuyos prospectos advierten que son fotosensibles, es decir, que si lo estamos tomando y nos exponemos al sol sin las recomendaciones famosas, podemos tener serias lesiones en nuestra piel.
Cómo tratar las quemaduras del sol
Pero bien, os preguntareis qué debemos hacer cuando no hemos seguido las reglas del juego, nos hemos quedado dormidos durante un buen rato a pleno sol y nos hemos dado cuenta que nuestra piel se ha puesto roja, caliente, aparecen ampollas e incluso nos duele y no nos deja dormir.
Primero que nada deberemos darnos una buena ducha de agua fría para bajar el nivel de temperatura de la piel pues nos ayudarán a reducir la inflamación y, consecuentemente bajará el dolor. Lo que no debemos hacer es aplicar hielo directamente pues conseguiremos el efecto contrario. Así como tampoco es recomendable aplicar aceites, pues aumentan la temperatura de la zona y puede agravar la situación de la quemadura.
Seguidamente, cuando hemos conseguido bajar la temperatura de la piel, tenemos que limpiar bien con un jabón neutro y aplicar una crema que contenga activos reparadores que calmen e hidraten la piel como es el caso del bisabolol, la alantoína, el ácido hialurónico, la vitamina E, el dexpantenol o el ácido glicirrético.
Si el dolor no desaparece podemos tomas un paracetamol o un ibuprofeno.
Si aparecen ampollas, es muy importante no manipularlas porque se pueden infectar. Y, por supuesto, hay que acudir al médico en el caso que las ampollas tengan un mal aspecto, persista el dolor y el hinchazón de la piel, pues ya pasaríamos a quemaduras de segundo grado en las cuales se ve afectada la dermis.
Por último, no puedo acabar este post sin nombraros algunas recomendaciones y advertencias que se que nos las sabemos pero que no las cumplimos.
- El sol está todo el año y es importante recordar que en los días nublados también la radiación solar incide sobre nuestra piel.
- El fotoprotector solar es imprescindible. Hay que ponerlo antes de salir, reaplicar a las 2 -3 horas y también reaplicar después del baño a pesar de ser resistente al agua. El fotoprotector debe renovarse todos los años , por tanto, no sirve el que nos ha sobrado del año pasado.
- Debemos además cubrirnos con prendas de ropa, camisas largas, gorras y los pies y las orejas, pero advertir que debajo siempre debemos habernos puesto el protector porque el tejido no protege al 100% de la radiación solar.
- Evitar la franja horaria de mayor incidencia solar de 10:00 – 16:00 hrs.
- Beber mucha agua.
Muchas gracias