Probióticos y prebióticos en las cremas: ¿moda o evidencia científica?
En los últimos años la industria cosmética ha centrado su atención en los probióticos y prebióticos para fortalecer la barrera natural cutánea. Ya en un post anterior explicamos qué son los probióticos. Cierto es que aquí tratamos el tema desde el punto de vista de los beneficios que pudiera tener para la salud, pues al modificar la microflora intestinal, no solo repercute positivamente en el intestino sino que también influye en otros órganos como el sistema inmunitario, el sistema inflamatorio y, últimamente se está estudiando la influencia de los probióticos en enfermedades de la piel.
Respecto a los prebióticos, podríamos definirlos como alimentos que no se digieren pero que son beneficiosos para grupos determinados de bacterias pues estimulan su crecimiento y su actividad, y, por tanto, mejoran la calidad y la cantidad de la microflora intestinal.
Probióticos para la piel
En este post, vamos a tratar de dar claridad a la realidad de esta nueva tendencia en la cosmética. En la piel encontramos una población de microorganismos que tienen diversas funciones, como equilibrio homeostático, defensa frente a bacterias patógenas o degradación de los componentes del sudor. Esta flora está compuesta por parásitos, hongos y bacterias que varían en función del medio ambiente, humedad, temperatura, edad…
Por ejemplo, en los bebes, hay una flora muy inestable en la que predomina el Staphylococcus epidermis y el estreptococos mientras que en la pubertad hay un predominio de P acnés. El beneficio de los probióticos ya viene descrito desde hace más de 100 años cuando se estudió las bacterias del ácido láctico.
En la actualidad, los encontramos en numerosos alimentos lácteos fermentados como yogures o queso, y en suplementos nutricionales liofilizados. Como ya comentamos anteriormente, es probable que los probióticos al influir sobre los procesos inflamatorios, indirectamente también influye en la progresión de procesos cutáneos alérgicos o inflamatorios.
Veamos algunos ejemplos de las enfermedades más comunes de la piel. Individuos con dermatitis atópica, se ha observado que tienen la flora intestinal alterada y, por tanto, su respuesta inmunitaria también está alterada. Suministrando lactobacillus paracaseína, se ha observado una mejora en la barrera intestinal, y, también una respuesta inmunitaria adecuada de tal forma que con ello se ha mejorado la salud de la barrera cutánea. En enfermos con psoriasis se ha observado que todos tienen en común que su microbiota intestinal está alterada. Y, que curiosamente, es igual que la de los enfermos con procesos intestinales inflamatorios. Otro ejemplo es el acné, en el que se ha observado que suplementos de Lactobacillus y Bifidobacterium administrados durante mínimo 12 semanas, han sido tan eficaces como la minociclina, reduciendo el acné en un 67%. Y, ya por último hablar sobre la dermatitis seborreica, en la que se produce una inflamación de la piel como consecuencia de los ácidos grasos libres que produce una levadura.
Pues bien, se ha observado que si se administra via tópica Vitreoscilla filiformis disminuye el eritema, la inflamación y la descamación, pues se produce una disminución de la carga de levadura. Respecto a los prebióticos, de forma sencilla podríamos definirlo como un grupo de azucares que son capaces de estimular el crecimiento y la actividad de las bacterias intestinales, en definitiva sirve de alimento a las bacterias para que puedan crecer y ejercer sus funciones beneficiosas para el organismo. En la mayoría de suplementos veremos probióticos formulados junto a inulina u oligofructosa, pues son los prebióticos más comunes. En afecciones como el acné, se ha observado que los tratamientos con antibiótico tanto via tópica como via oral , no solo disminuye la bacteria que lo genera, sino que también disminuye bacterias que contribuyen a disminuir el crecimiento de la P acnés. En un estudio, se observó que tras el uso via tópica de prebióticos , se logró disminuir significativamente la bacteria patógena sin alterar el resto de bacterias.
Hasta el momento, en este post solo se han mencionado los posibles beneficios del uso de probióticos y prebióticos vía oral sobretodo, y en algunos casos concretos vía tópica, en caso de enfermedades de la piel comunes como la dermatitis atópica o el acné.
Y, respecto al envejecimiento, ¿nos preguntamos también qué sentido tiene suplementar con probióticos y prebióticos a las cremas antienvejecimiento?
Si bien el envejecimiento se asocia a factores endógenos como la genética y factores exógenos como las radiación ultravioleta, un estudio con una muestra pequeña de individuos, se observó que pacientes que tomaban probióticos tenían una recuperación de la piel fotoenvejecida más rápida frente a un grupo de individuos que no tomaba nada . Todo ello relacionado con el efecto negativo que ejerce el sol sobre el sistema inmunitario de la piel. No obstante, este estudio no es representativo para demostrar que realmente los probióticos revierten el daño producido por el sol. Además, es muy importante señalar que el estudio se hizo con la toma de probióticos via oral.
Por tanto, la conclusión de todo ello es que , queda mucho por investigar. Cierto es que el futuro de los probióticos y de los prebióticos es prometedor. Algunas investigaciones han demostrado que tanto via oral como via tópica, funcionan pues estimulan el crecimiento selectivo de bacterias beneficiosas y evitan la proliferación de bacterias patógenas. No obstante, insisto en que aun queda mucho que hacer en este campo y que es muy pronto para afirmar tácitamente que una crema con probióticos y prebióticos pueda detener el envejecimiento de nuestra piel.
Muchísimas gracias Amparo. Muy interesante