¿Por qué sudamos? ¿Para qué sirve el sudor?
Las altas temperaturas de este verano están siendo la noticia principal en muchos medios en los cuales aparecen consejos repetitivos de cómo combatir el calor para evitar problemas. Cierto es que hacía ya varios años que la cifra por muertes de calor no superaba los 500, mientras que este verano ya son más de 2000. También se repite constantemente cuáles son los grupos de población más vulnerables como son los niños menores de 5 años, los adultos mayores de 65 años y los enfermos crónicos.
Después de la palabra calor, el sudor es la palabra más repetida y mas odiada. Pero deberíamos pararnos a reflexionar y pensar que quizás sudar es bueno para nosotros, aunque resulte muy incómodo.
En este artículo vamos a explicar cuales son los mecanismos de regulación de nuestro cuerpo encargados de mantener la temperatura corporal constante. Para ello, vamos a dejar bien claro que la temperatura normal de nuestro organismo está entre 35 y 37 grados, más o menos. Cualquier oscilación por arriba o por abajo aparecerán síntomas propios de la fiebre o de hipotérmica. Y digo más o menos porque el ser humano no es una máquina perfecta. Cada individuo tiene una temperatura corporal que puede oscilar de la media y que no tiene porque ser indicativo de enfermedad.
La temperatura de nuestro cuerpo depende del equilibrio entre pérdida y producción de calor. Este equilibrio está regulado por tres mecanismos en el que se ven implicados varios órganos y, que conjuntamente son los responsables de mantener la temperatura corporal constante.
Por una parte tenemos receptores de la temperatura localizados en nuestra piel y en una parte del hipotálamo concretamente en el núcleo preoptico. Por otra parte, es el propio hipotálamo el centro de control del cerebro encargado de dar las ordenes para mantener la temperatura corporal constante.
Qué es el sudor y para qué sirve el sudor
Por tanto, cuando el hipotálamo recibe señales de aumento de temperatura en nuestro organismo a través de los receptores externos activa diversos mecanismos como es la sudoración, hiperventilación y la vasodilatación. Además de activar la sensación de sed y la necesidad de defenderse del calor extremo.
El sudor y la vasodilatación son los mejores aliados para refrigerar nuestro cuerpo.
El sudor está compuesto por agua, toxinas y sales minerales. En contacto con la superficie de nuestra piel, se evapora liberando así calor con el objetivo de bajar la temperatura de nuestro cuerpo.
Por otra parte, al dilatarte los vasos sanguíneos que están en la zona más superficial de nuestro cuerpo, conseguimos que haya mayor cantidad de sangre y que esta se enfríe con mayor facilidad. Todo ello hace que el calor interno fluya desde los órganos con mayor temperatura hacia los de menor temperatura y, de esta forma conseguir que la temperatura de nuestro cuerpo se mantenga constante.
Y, vamos a terminar este post, explicando la diferencia entre agotamiento por calor y golpe de calor. Dos términos que seguro que los has leído en más de una ocasión en estos dos últimos meses, pero que seguro que no tienes muy claro cual es la diferencia y como tratarlo.
El agotamiento por calor es propio de aquellas personas que no se han hidratado suficientemente, y que por tanto tiene un desequilibrio electrolitico. La temperatura corporal está dentro de los rangos normales pero presenta una serie de síntomas como vómitos, nauseas, mareos, malestar general y debilidad.
El tratamiento es la rehidratación y mantenerlo en reposo en un lugar fresco. Cierto es que si no se trata adecuadamente puede derivar en un golpe de calor.
Respecto al golpe de calor, también conocido como insolación, en este caso la temperatura corporal sí que es superior a 40 grados. La rapidez en atender estos casos por parte de personal sanitarios es vital para la recuperación del individuo.
En resumen, a pesar de que sudar es muy molesto, el sudor es nuestro mejor aliado para enfriar nuestro organismo. Debemos hidratarnos adecuadamente y evitar la exposición en las horas de mayor calor y así también reduciremos la sudoración. Es más que obvio.
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