La piel como barrera protectora
La piel es el órgano mas extenso que tiene el ser humano y su función barrera lo hace imprescindible para poder vivir.
Actualmente, si nos paramos a pensar los grandes avances en la medicina, han hecho posible que el ser humano pueda sobrevivir sustituyendo o dejando parcialmente algunos de los órganos que se consideran vitales. Seguro que conocemos a alguien que tiene solo un riñón, un corazón artificial o un by pass cardiopulmonar. Sin embargo todavía estamos a años luz para conseguir que el ser humano pueda vivir sin piel.
¿Por qué la piel es una barrera protectora?
Enfermedades de la piel como es el caso de la piel de mariposa o piel de cristal es un claro ejemplo de la importancia de tener la función barrera de la piel muy bien equilibrada, pues en estos casos la probabilidad de tener una infección por causa de agentes externos es muy alta.
Considero que el problema de no darle el protagonismo a la piel que se merece reside en que la vemos, la podemos tocar y sentir, y, por tanto, normalizamos en muchas ocasiones situaciones no propias de una piel sana como es sequedad, rojez o descamación. De ahí, mi insistencia en tener siempre la piel bien cuidada no solo por un tema estético sino principalmente porque es el órgano a través del cual sentimos, nos comunicamos, regulamos la temperatura corporal, sobre la cual se asienta el pelo, evitamos deshidratarnos y quemarnos.
Estamos hablando de un órgano que mide alrededor de dos metros y que es un órgano inteligente. Selectivamente deja pasar aquellas sustancias que si son beneficiosas, pero es una barrera impenetrable para aquellos alergenos que pueden ser dañinos para nuestra salud.
Y, hablando de barreras, voy a insistir en el termino función barrera de la piel, pues en definitiva en solo unas pocas palabras definimos para que sirve este órgano y porque es tan importante cuidarlo.
Cómo nos protege la piel
La capa más superficial de la piel, llamada epidermis, y concretamente, en el estrato córneo, hay una película compuesta por grasa, agua y microorganismos que es la responsable de ejercer de famosa función barrera.
La fase acuosa contiene el factor natural de hidratación con un sistema de retención de agua perfectamente diseñado para evitar que se evapore y capaz de captar el agua del medio ambiente.
La fase grasa está formada por colesterol, ceramidas, ácidos grasos y escualeno cuya función es formar una capa cementada y compacta para evitar la entrada de sustancias toxicas.
Por último, conviven un conjunto de bacterias y hongos responsables de mantener el ph ligeramente ácido de la piel (alrededor 5,5), además de neutralizar microorganismos patógenos. De hecho, el microbioma de la piel ahora está muy de tendencia en el mundo de la cosmética, pero como ya comenté en un post anterior, aún queda mucho por estudiar y evidenciar de la eficacia y estabilidad de los microorganismos que actualmente contienen algunas cremas.
Por tanto, si hay un desequilibrio en el conjunto agua-grasa-microbioma, la función barrera de la piel se debilita y las consecuencias que esto puede llevar son muchas y muy variadas: riego de infecciones, piel sensibilizada, rosácea, acné, piel reactiva, quemadura…
Por esta razón es muy importante mantener nuestra barrera cutánea equilibrada con cosméticos que contengan sustancias captadoras de agua como es el ácido hialuronico activos que refuercen la fase lipídica y que respeten el microbioma de la piel que hace de barrera para evitar la entrada de patógenos.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!