Trucos para tener una dieta equilibrada en verano, a pesar del calor
Tener una dieta sana y equilibrada en verano es posible. La rutina ayuda a no aumentar de peso. Estamos esperando el verano para tener unos días de descanso y desconexión, sinónimo también de cambio de hábitos, no solo porque no vamos a trabajar, sino que también porque nos levantamos más tarde, dedicamos más tiempo a nuestra familia, tenemos más vida social, aprovechamos para hacer cosas que no hacemos normalmente, cambiamos de techo, viajamos…
Y esto también conlleva un cambio en nuestra dieta. Cierto es que, en verano, con las altas temperaturas, el cuerpo necesita menos energía para regular la temperatura de nuestro cuerpo y nos apetece comer alimentos menos elaborados.
Además, el calor hace que sudemos más, y por tanto, necesitamos beber mucho más.
Hasta el momento, todo parece más que bueno. Parece que en todo lo que hemos dicho recoge perfectamente lo que es una dieta es dieta equilibrada y sana.
No obstante, hay matices que son importantes tener en cuenta y que en muchas ocasiones hace que acabemos el verano con algunos quilitos de más o quilitos de menos, en ambos casos poco saludables.
Con el calor, la sensación de sed es mayor, bebemos más y esto hace que nuestro estómago se llene de líquido y nos sacie.
Nuestro cerebro percibe esta sensación gracias a la famosa hormona Leptina, encargada de informar al cerebro de las pocas o muchas ganas que tenemos de comer.
Con esto no quiero decir que no debamos beber, sino más bien lo contrario, cuando hay olas de calor y corremos el riesgo de tener un golpe de calor, la primera recomendación es mantener la hidratación de nuestro cuerpo, porque las altas temperaturas hacen que nuestros vasos sanguíneos se dilaten, y por esta razón, es muy importante beber aunque no tengamos sed.
Ahora bien, no todos los líquidos nos valen. Es aconsejable hidratarse con agua. batidos naturales de frutas o cremas frías por su alto valor nutricional y bajo valor calórico. Debemos evitar el alcohol, bebidas azucaradas, café y té. Conseguiremos así tener nuestro cuerpo hidratado sin aumentar de peso.
Pero hablemos del tema que realmente nos ocupa.
5 consejos para tener una dieta equilibrada
Cuando llegan las vacaciones, cambiamos de rutina y normalmente nuestra vida social es mayor. Comemos más fuera de casa y no solo eso, que además de cambiar horarios de comida, consumimos alimentos poco saludables pero muy apetecibles como los snacks ricos en aceites y grasas, bebidas alcohólicas con alto valor calórico o helados ricos en azucares. Todo esto se traduce en una dieta muy poco saludable que garantiza que aumentemos unos quilos de más.
Vamos a continuación a enumerar 5 trucos para combatir el calor con una dieta sana:
- Evitar comer snacks entre horas y sustituir por frutas como la sandia que contiene un 95% de agua.
- Organizar menús con cremas frías como el gazpacho y preparar de segundo carne o pescado a la plancha.
- Si hacemos ensaladas es recomendable suplementarlas con legumbres, pasta o arroz para complementar el aporte en proteína.
- Recordar que las verduras, además de ser ricas en vitaminas, antioxidantes y minerales, aportan agua.
- No olvidemos nuestro plátano de Canarias. Es un gran aliado en aquellos momentos que tengamos ganas locas de tomar azúcar, pues es un buen sustituto que además es muy saciante y evita que tomemos otros alimentos poco saludables. Es fácil de trasportar, fácil de pelar, fácil de comer, sostenible y español.
Y, ya para finalizar este post, unas advertencias que te ayudarán a comer mejor a pesar del calor:
- Las comidas copiosas con mucha grasa y proteína hacen las digestiones más pesadas.
- Las bebidas excesivamente frías pueden producir malestar gástrico porque bajamos de forma estrepitosa la temperatura de nuestro estómago produciendo náuseas y/o vómitos. Además, este frío no significa que vaya a enfriar el cuerpo, aunque pensemos que es así.
- Comer despacio te ayuda a disfrutar más de la comida, pues las papilas gustativas están mas en contacto con la comida. Además, el efecto saciante aumenta y, por tanto, comes menos. Un truco es organizar platos que tengan diversidad de alimentos con distinta textura.
En definitiva, combatir el calor y el cambio de hábitos en verano no es sinónimo de descuidar nuestra dieta. Simplemente, si tienes en cuenta estas recomendaciones, seguro que este verano será fantástico y tu cuerpo lo agradecerá.
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