Cómo cuidar la piel en personas con cáncer
Cuidar bien la piel en los pacientes con cáncer es importante. Los tratamientos contra el cáncer suelen dañar nuestra piel por lo que tenemos que tomar medidas para combatir esos efectos secundarios.
Por ejemplo, el cáncer de mama es el más frecuente en la mujer en el mundo occidental. En este 2020 se estima que sólo en España la cifra de nuevos casos sea de alrededor 30.000, más menos un caso cada ocho mujeres españolas. Ahora bien, durante los últimos años se ha avanzado mucho en este campo tanto en el diagnóstico precoz como en el tratamiento y, por tanto, el número de fallecimiento de mujeres por este cáncer, aún siendo la primera causa de mortalidad, ha descendido. Otro dato alentador es que la supervivencia después de cinco años es de casi el 90%.
En este post hablaremos de los cuidados de la piel en pacientes oncológicos.
El cáncer surge como consecuencia de la transformación de células sanas en células cancerígenas que se multiplican y terminan por producir un tumor. Entre los factores de riesgo podemos señalar que la mayoría de cánceres se detectan entre los 45 – 50 años. A medida que aumenta la edad, aumenta la probabilidad de aparición del cáncer. Factores como el consumo de alcohol, de tabaco, el estrés o tener una dieta no equilibrada son factores de riesgo. Y todo ello supone o puede suponer que nuestra piel llegue ya castigada a cualquier tratamiento oncológico que ya de por sí genera unos efectos secundarios importantes.
Cómo cuidar la piel durante la quimioterapia y la radioterapia
Como decíamos antes los tratamientos contra el cáncer suelen conllevar efectos secundarios. Y nuestra piel es una de las principales afectadas. Por eso es importante cuidar la piel antes, durante y después tanto de la quimioterapia como de la radioterapia.
La quimioterapia puede provocar alteraciones en la piel y uñas, además de otros efectos como diarrea, caída del cabello,… Con la radioterapia, y aunque la irradiación mamaria es bien tolerada en pacientes con cáncer de mama, es habitual sufrir la radiodermitis que consiste en piel enrojecida con picor, descamación seca que en casos muy poco frecuentes puede acabar con descamación húmeda e infección.
Por eso los cuidados de la piel durante la radioterapia y la quimioterapia pasan por mantener la piel en óptimas condiciones para que pueda ser tratada. Para ello seguir algunos consejos pueden serte de gran utilidad:
- La sequedad de la piel es uno de los síntomas que puede afectar a cualquier enfermo de cáncer. Por eso beber agua o infusiones puede ayudarnos. Parte de ese líquido llegará a la piel.
- Se recomienda realizar una ducha diaria con un jabón cuyo pH sea fisiológico. Es importante utilizar productos tipo Sydnet que contengan activos hidratantes y calmantes como glicerina, niacinamida o manteca de Karité y que permitan un aclarado rápido. Si se puede evitar la esponja mejor, así como lavarse con las manos y secar sin frotar la zona afectada con material suave. Si fuera necesario también puedes ayudarte de un secador con aire frío en aquellas zonas de difícil acceso como son los pliegues.
- Aplicar una crema hidratante, emoliente, calmante, repitelizante adecuada que ayude a restaurar el manto hidrolipídico de la epidermis. El picor es un efecto secundario que a menudo aparece. Cierto es que las cremas actúan en la superficie, pero estudios clínicos han demostrado que una crema hidratante adecuada es capaz de intervenir en la cohesión de las diversos estructuras más internas de la epidermis. Indicar que en aquellas zonas que están más afectadas, con descamación, enrojecimiento y prúrito, es importante aplicar cremas con activos emolientes como la manteca de Karité, hidratantes como el ácido hialurónico, reparadores como la centella asiática, antioxidantes como las sales de zinc. También es importante jugar con las texturas según la zona a tratar. Es aconsejable aplicar sin frotar varias veces al día y tener en cuenta que la piel debe estar exenta de crema al menos dos horas previas al tratamiento con radioterapia. Cómo puedes observar cremas para pieles con tratamientos oncológicos no hay como tales, pero s´í debes elegir bien cuáles son las más adecuadas.
- No utilizar productos químicos como polvos, desodorantes, perfumes que puedan irritar la piel.
- Evitar la exposición directa de la zona irradia al sol. Se debe aplicar protección solar de amplio espectro y factor de protección muy alto UVB SPF 50+ y UVA. Además debe ser un protector fotoestable e indicado para pieles sensibles. No obstante lo más adecuado es no exponerse al sol porque los efectos se suman al tratamiento al menos hasta después del año de la última irradiación.
- Es importante cuidar la alimentación. La pérdida o ganancia de peso obliga a recalcular el tratamiento. La dieta para personas con cáncer debe ser rica en proteínas (carne, huevos, pescado y lácteos) y vitaminas (Frutas y verduras). Además es muy importante la ingesta de al menos dos litros de líquidos diarios (fruta, zumos, agua, infusiones…) pues nos permitirá mantener la piel hidratada. En estos casos acudir a expertos en nutrición siempre es una opción a tener muy presente.
- Es fundamental evitar el roce con la ropa en la zona irradiada. Por tanto, está prohibido el uso de sujetadores con aros, encajes o cualquier adorno que pueda irritar. Lo más recomendable es la utilización de ropa interior con tejido traspirable que evite roces que puedan dejar secuelas posteriores. Por ejemplo existen sujetadores diseñados específicamente para pacientes con cáncer de mama. Mención especial a una prenda de reciente aparición cuyo diseño y tejido ha sido estudiado por Grupo Ascires en la unidad de radioterapia del Hospital General Universitario de Valencia. Vidabra es un top diseñado conjuntamente por Muvu y el equipo de radioterapia. Tanto el diseño de la prenda como la tecnología exclusiva Regenactiv del tejido, previene de edema de mama, protege frente a la irritación, combate la humedad, de tal forma que confiere a la piel el ambiente adecuado para que se regenere, y evita la posible proliferación fúngica y bacteriana. En resumen, protege a la piel, manteniendo la integridad de la misma frente agentes externos y le proporciona el ambiente idóneo para que se regenere de forma natural.
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